Pedazos de Historia

Por Mike Harvey

Bip, bip. Otra señal que entra por los auriculares. A medida que apoyo el Tesoro Cibola contra un árbol y preparo mi pala, me pregunto que puede estar esperándome en el agujero que estoy a punto de excavar. Corto un tapón y en la primera palada veo una bala de tres anillos brillando sobre el oscuro suelo de Virginia. Pienso para mí. ¿Quién habrá sido el último en tocarla? ¿Qué estaba esto haciendo al costado de una colina? ¿Cuándo se perdió esta pieza y por qué yo encontré la señal y no otra persona? Otra pregunta también pasa por mi mente, “¿Habrá más de estas en esta área?” Camino unos pasos más y recibo una lectura extraña que capta mi curiosidad. Repito el proceso anterior, pero esta vez en mi palada, obtengo un clavo de cabeza cuadrada. Vuelvo a chequear el agujero y recibo una señal clara que me sorprende debido a que la señal original era tan quebrada. Excavo más profundo en el agujero y saco un 2 Reales de 1814 a siete pulgadas. ¡Qué hallazgo! Mi mente nuevamente comienza a preguntarse ¿quién?, ¿qué?, ¿cuándo? y ¿por qué? Más balas, clavos de cabeza cuadrada, variados elementos de metal se meten en mi bolsa hoy, pero mañana será otro día y lo mejor está aún por llegar.

Al levantarnos temprano a la mañana siguiente, nosotros (David Keith, Terry Burnett, Dean Gaylor y yo) nos montamos en la camioneta y nos dirigimos al sitio de la Guerra Civil donde habíamos cazado el día anterior. Visiones de más balas, botones y proyectiles pasan por mi mente como un caleidoscopio. Comenzamos el día buscando en un sitio de pequeños pinos, con la esperanza de encontrarnos con un campamento. Encontramos algunos cascos pero no localizamos al esquivo campamento. Volvemos a empacar y nos dirigimos al lugar del fuerte con la esperanza de excavar un botón de la Confederación. A medida que avanzo hacia una pequeña colina que arrojó muchos botones en el pasado, mi mente comienza a visualizar cómo podría haberse visto este lugar allá por el 1800. Bip, bip. Una nueva señal me trae de regreso al aquí y ahora. Excavo unas siete pulgadas, revise la tierra y me encuentro con una pieza de bala de cañón. Me digo a mi mismo cuán increíble es estar aquí descubriendo historia.

Llego a la colina y me detengo por un minuto intentando decidir dónde comenzar mi búsqueda. Comienzo trabajando sobre el lado opuesto a donde la mayoría de los botones fueron encontrados. Veo un tronco sobre el suelo que no ha sido movido por mucho tiempo debido a su estado de descomposición. Decido usar mi pala para quitar partes del tronco de mi camino para poder buscar debajo del mismo. Luego de mover una parte del tronco de alrededor de cuatro pies de largo, paso mi carrete por el suelo y recibo una débil señal quebrada. Excavo y aproximadamente a once pulgadas, saco un 8 Reales de 1797 con marcas chinas por todas partes, del derecho y del revés. ¿Quién, qué, cuándo y por qué? Mi mente corre intentando comprender el pedazo de historia que estoy sosteniendo.

Algunos de los muchachos se acercan y me piden ver la moneda. Otros me piden tomarle una fotografía. Yo…simplemente estoy sentado en el suelo disfrutando el sentimiento de haber excavado una pieza tan hermosa de historia.

Luego de todos los apretones de mano y fotografías, todos comienzan a excavar mi lado de la colina con fervor. Vuelvo a revisar el agujero y encuentro la razón para la señal quebrada –dos clavos de cabeza cuadrada. Termino moviendo el resto del tronco pero no encuentro más objetivos.

¡Qué fin de semana! Terminé excavando 38 balas, 1 botón, 2 piezas de casco, herradura, plomo, un 2 Reales de 1814 y el 8 Reales de 1797. También me hice de nuevos amigos.

Durante toda la cacería mencionada utilicé el Tesoro Cibola. Qué gran detector. Gracias Tesoro por hacer un aparato tan bueno.

MDI

* - Reimpreso con permiso de Tesoro, "Información del Detector de Metales" – Edición n°22