Prueba de campo del Vaquero

Por Dallas Weaver

No soy un veterano de 20 aÒos en la detecciÛn de metales, y no se me pidiÛ que escribiera este artÌculo basado en mis vastos conocimientos en la materia. Soy un nuevo vendedor de Tesoro y muy nuevo en el pasatiempo de la detecciÛn de objetivos met·licos. Al escribir este artÌculo, yo espero poder escribir aclararando uno o dos puntos en un lenguaje que los principiantes pudieran entender.

Yo escogÌ escribir sobre el Vaquero porque no hay mucho material escrito acerca de el a˙n, y he estado escuchando algunas conversaciones acerca de que es un muy buen detector para iniciarse en la detecciÛn de pepitas de oro. Mi respuesta fue que el Vaquero tiene todas las caracterÌsticas que lo pueden convertir en un detector muy vers·til, y en las manos de alguien que tenga practica con el, deberÌa servir para ese propÛsito muy bien. La clave aquÌ es practicar. øRecuerda su primer tiro con un palo de Golf? øQuÈ tal lo hizo? Ser bueno toma tiempo, practica y esfuerzo pero cuando se logra, usted recibe una recompensa muy grande y una diversiÛn sin igual. No hay nada tan agradable como ser exitosos en sus esfuerzos.

Para entender al Vaquero mejor, trabaje con el durante una hora en una prueba en mi jardÌn. Luego de leer dos veces el manual y realizar la rutina de la prueba del aire recomendada, la prueba del jardÌn no arrojo ninguna sorpresa, excepto que lo que me sorprendiÛ fue la asombrosa facilidad con la que pude realizar el balance del terreno y que en el primer movimiento del detector el tono no cambio para nada. PensÈ que habÌa hecho algo mal, y gire el balance del terreno en sentido opuesto al de las manecillas del reloj º de vuelta. Yo movÌ el detector otra ves, y una vez m·s no obtuve ning˙n tono. La maquina marcaba negativo. Me movÌ a donde estaba antes y llegue al mismo lugar en el que la habÌa balanceado. Todo esto me demoro menos de un minuto.

Con el Èxito en mente, el 4 de Abril del 2005, tome mi Suburban con todo mi equipo y dos Tesoro Vaquero nuevos y me dirigÌ desde Clatskaine, Oregon hasta Baker City, Oregon para encontrarme con mi hermano Dave. Nosotros est·bamos yendo a Tucson, Arizona para visitar a nuestra hermana. En el camino allÌ, estuvimos planeando detenernos en los campos de Oro de Arizona, pensando que allÌ con un poco de suerte podrÌamos probar a los dos Vaqueros en b˙squeda de pepitas de oro.

Ahora bien, que mejor manera de tener un buen inicio usando el Vaquero que conversando con las personas de Prescott, Arizona. Dave y yo caminamos a la oficina de la ciudad y mientras nos present·bamos con la secretaria, un joven caballero con barba y una gran sonrisa saliÛ y pregunto si podÌa ayudarnos en algo. Como obviamente yo no habÌa hecho mi tarea bien, le pregunte si era representante de servicio al cliente o personal de la oficina. El nos dijo ìEn realidad soy el propietario del negocio, James Giffordî, asÌ fue como conocÌ al SeÒor Gifford. Y resulto que James se ofreciÛ voluntariamente a mostrarnos como configurar al Vaquero para usarlo en la b˙squeda de pepitas de oro.

Con la m·quina en uno de los escritorios, James colocÛ un gran clavo, una pepita de oro y un pedazo de mineral (para simular el suelo mineralizado) y lo uso para el balance del terreno de la m·quina. Ahora bien, ustedes no encontrar·n este procedimiento en el manual, pero es una manera segura de transformar este pequeÒo y amigable detector en una asombrosa maquina para detectar pepitas de oro. Un bono agregado es no tener que preocuparse por toparse con objetos fÈrricos. La clave de este mÈtodo de afinamiento fue el control de la discriminaciÛn.

Luego de encender la m·quina y configurar la sensibilidad en 10, James giro la perilla de discriminaciÛn a 10 en direcciÛn opuesta a las manecillas del reloj, pasando por el modo para todos los metales hasta que la perilla no podÌa girar m·s. El entonces ajustÛ el Tono del Umbral a un nivel confortable. En este punto, James realizÛ el balance del terreno utilizando el pedazo de mineral. El Vaquero estaba produciendo un bonito tono zumbante en el modo para todos los metales. AquÌ fue cuando yo me quede sumamente impresionado. James suavemente paso el clavo sobre el n˙cleo y °Voila! El sonido de la m·quina se desvaneciÛ.

Mi hermano Dave tiene una muy limitada experiencia en b˙squeda de metales, mayormente para en localizar tuberÌas. Una ves que hayamos el ·rea de cacerÌa, yo demostrÈ como hacer el balanceo del terreno y le explique la necesidad de mantenerse revisando el balance. Nosotros pasamos al modo para todos los metales y cambiamos al modo de discriminaciÛn luego de encontrar un objetivo que nos permitiera identificar al hierro. En menos de 5 minutos, Dave estuvo encontrando pequeÒos fragmentos de plomo, casquetes de cartuchos, y balas. Una pequeÒa cantidad de papel de aluminio para envolver comidas, el cual produjo algo de revuelo por un corto periodo.

Durante dos dÌas nosotros visitamos dos diferentes zonas de reclamaciÛn GPAA y cuando no encontr·bamos pepitas, casi gaste mis pepitas de prueba. Nos encontramos con que el Vaquero estaba bien balanceado para el terreno moderadamente mineralizado, y pegamos una pepita de 1,3 gramos a una ficha de pÛker y la pusimos en el piso, para tener una buena seÒal, tanto en el modo para todos los metales y el de discriminaciÛn.

No hubo seÒal a una pulgada de profundidad. Una pepita de 1.3 pulgadas es muy pequeÒa y puede ser descrita como una aguja en un pajar de concentrados. A continuaciÛn, nosotros intentamos con una de 2.5 gramos pegada a una ficha. Esta pepita mas grande nos permitiÛ obtener una seÒal m·s clara a 1.5 pulgadas de profundidad.

Mi tercera pepita fue una de 13 gramos y nos dio una seÒal f·cil de detectar a una profundidad de 6 pulgadas. La pepita de 13 gramos era delgada y plana y proveÌa una gran superficie. Nosotros localizamos mucha basura, pero estaba bien, porque est·bamos aprendiendo a utilizar lo mejor del Vaquero.

Si usted ha estado espantado por las m·quinas que logran un balance del terreno de forma manual, yo creo que el Vaquero es un maravilloso detector que uno puede dominar, y todo lo que tiene que hacer es adaptarse a sus caracterÌsticas. Hace 15 aÒos, cuando probÈ un detector, nunca pude lograr balancear la maquina, finalmente la vendÌ, lleno de frustraciÛn. Pienso que deberÌa haber usado una de las maquinas Tesoro hace aÒos.

La conclusiÛn de todo esto es que el vaquero es un detector muy f·cil de operar. En su corta existencia, se esta ganando un lugar por si mismo como una buena maquina para la detecciÛn de monedas, joyerÌa y reliquias. Debido a que la maquina es muy ligera (2.2 lbs), nosotros pudimos buscar durante muchas horas sin cansarnos, eso si, se nos adormeciÛ un poco el cuello. Si hubiÈramos estado m·s acostumbrados a detectar, estoy seguro de que no hubiÈramos tenido problemas. Durante periodos particularmente lentos, pienso que con una vida promedio por baterÌa de 20, el costo de la baterÌa fue de $.15 por hora. °Un pasatiempo muy econÛmico!

Yo pienso que el Vaquero hizo un excelente papel por si mismo. Con un precio de $525, el Vaquero est· en la categorÌa de precio medio entre la mayorÌa de detectores, pero las caracterÌsticas y desempeÒo lo ponen en una posiciÛn mucho m·s alta. Pienso que el Vaquero va a dar en el blanco de lo que muchos compradores buscan: calidad a un precio accesible, desempeÒo, facilidad de operaciÛn, adaptabilidad, y lo mejor del negocio una garantÌa de por vida ìsin sentidoî (por que no se malogra).

* - Reimpreso con permiso de Tesoro, "Metal Detector Information" ñ 21 EdiciÛn